Nadie puede con Linares
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Nada parece poder contener a Miguel Linares en el Tartiere. El delantero firmó su tercer hat trick consecutivo en casa y volvió a liderar al equipo en la contundente victoria ante el Murcia. Sus 18 goles en 13 partidos no se recordaban en el Oviedo y el equipo vuelve a encabezar la clasificación.
Al final, Sergio Egea se inclinó por mantener la base del equipo que jugó en Langreo y sólo cambió a Sergio García por Eneko. La idea no iba a cambiar. La necesidad de remediar el último tropiezo era tan grande que no cabía otra cosa que salir a por el partido.
La sorpresa estuvo en las filas del Murcia. Cuando todo el mundo esperaba a un equipo replegado y buscando la contra como único argumento, los pimentoneros salieron a mandar en el partido. Quisieron el balón y se lo quitaron al Oviedo. La situación era nueva para todos.
Sólo pasaron tres minutos para que el susto se instalase en las gradas del Tartiere. Un error en la salida del balón de Nacho López obligó a Sergio Sánchez a derribar a Carrillo en la frontal del área. El disparo de Javi Flores se marchó por encima del larguero de la portería de Esteban pero dejó claro que no iba a ser una tarde plácida.
Hasta hoy, el Oviedo estaba acostumbrado a mandar en el juego, pero la versión que enseñaron los azules fue incluso mejor que la vista hasta ahora. Todo empezó con un intento de vaselina de Héctor Font y siguió con una carrera de Sergio García que acabó rematando flojo a las manos de Fernando. Al Oviedo le tocaba jugar a la contra y parecía feliz.
La cosa mejoró poco después. Héctor Font apareció escorado en la derecha y puso un centro que era un regalo para la cabeza de un rematador... Linares no iba a desaprovechar esa invitación y marcó el 1-0.
El estallido de la grada fue intenso, pero no tanto como cuando Sergio García dibujó un pase a la espalda de los centrales y ¿quién apareció? Sí, Linares. Esta vez eligió un toque sutil para superar la salida de Fernando y poner patas arriba el Tartiere.
El Oviedo se estaba gustando como pocas veces y con la ventaja apareció también el buen juego, el control del encuentro y la fiesta en el estadio. Los decibelios volvieron a subir cuando Nacho López ganó la línea de fondo y puso el balón atrás, Linares no pudo llegar pero sí lo hizo Sergio García para anotar el 3-0. El éxtasis era completo y la ovación al equipo al retirarse al vestuario fue de las que tardan en olvidarse.
El paso por los vestuarios aplacó la furia del Oviedo. Eso y que el Murcia no podía seguir permitiendo que el rival le pasase por encima. El equipo de Aira adelantó sus líneas y metió al Oviedo en su campo.
A los azules les tocaba defender y lo hicieron con orden y sentido. Los murcianos buscaron sus opciones con disparos lejanos que Esteban fue resolviendo sin aparentes problemas. Todos, menos el de Armando desde la frontal que puso el 3-1 y una pizca de intranquilidad en el ambiente.
Rubén que había entrado desde el banquillo estaba revolucionando el encuentro, pero vio dos tarjetas amarillas en apenas 15 minutos y firmó la sentencia de muerte de su equipo. El Murcia bajó los brazos y Linares olió la sangre.
El pichichi se encontró un balón en el área, recortó al central y batió a Fernando. Sentencia para el duelo y tercer balón que se lleva a su casa este aragonés que está avivando como nadie hizo nunca antes el sueño del ascenso del Oviedo a Segunda A.